El 95% de los ingresos de las universidades públicas en Venezuela provienen de fuentes gubernamentales. Dichos financiamientos han disminuido desde principios de la década del 2000. Es tiempo para que las universidades venezolanas busquen nuevas fuentes de financiamiento. Mientras tanto, los exalumnos, especialmente aquellos que viven en el extranjero, pueden construir redes para ayudar a su Alma Mater con apoyo financiero, suministrar materiales o equipos para mejorar las actividades de enseñanza, asegurando que la calidad de la educación no disminuya debido a la intensa situación económica, política, y social que está perjudicando a Venezuela.
Aunque muchas organizaciones en Venezuela han intentado ayudar a la USB, su impacto ha disminuido principalmente debido a la crisis socioeconómica venezolana. Utilizando una plataforma de organización sin fines de lucro con sede en los Estados Unidos, las donaciones no se limitan a individuos, sino que grupos grandes o empresas también podrán donar sin las restricciones vigentes en Venezuela, aumentando el impacto positivo en las actividades de enseñanza de la USB.